CÓMO MEJORAR EL RENDIMIENTO DE TU PENE

 

 

CÓMO MEJORAR EL RENDIMIENTO DE TU PENE

 

 

1. Mide tu pene tanto de largo como de ancho.

 

Siempre se le ha dado mucha importancia a la longitud del pene, y la mayoría de personas con pene han tomado esa medida en algún momento de sus vidas, pero prácticamente nadie sabe cuánto mide su pene a lo ancho, es decir, cuánto mide su circunferencia.

 

Medirse el pene es un ejercicio de autoconocimiento muy recomendable, pero hay una medida en concreto que te sirve más allá de la curiosidad y la exploración de tu cuerpo, y es la de la circunferencia del pene. Es decir, su grosor. Esta es la medida que necesitas saber para elegir preservativos de tu talla.

 

2. Usa condones de tu talla.

 

El grosor del pene puede llegar a variar mucho de una persona a otra, y sin embargo la mayoría de los condones que se venden en farmacias, supermercados y lugares más accesibles son de la talla 54-56 (54-56 mm de ancho nominal). También encontramos la talla XL que suele ser de 58-60 mm de ancho nominal.

 

¿Qué es el ancho nominal? El ancho nominal es la medida que se indica siempre en las cajas de preservativos. Equivale a la mitad de la circunferencia del preservativo, que lo ideal es que coincida más o menos con la mitad de la circunferencia de tu pene.

 

Para saber cuál es el ancho nominal de tu pene, solo tienes que medir la circunferencia de tu pene EN COMPLETA ERECCIÓN (esto es muy importante) con una regla de papel o una cinta métrica.

 

Si la medida que obtienes es, por ejemplo, 12,4 centímetros, tienes que dividir 12,4 entre 2, que es 6,2, y pasarlo a milímetros: 6,2 cm = 62 mm. Esa sería tu talla de preservativo.

 

Puedes encontrar preservativos de cualquier talla en nuestra web y en nuestras tiendas físicas. Es importante que uses tu talla de preservativo, porque si es más pequeño que tu pene, no solo será incómodo porque te va a comprimir el pene, sino que además es muy fácil que se rompa. Y si es más grande que tu talla real, puede salirse durante la penetración.

 

3. No te obsesiones con la erección.

 

La mayoría de los casos de disfunción eréctil, es decir, de dificultad o imposibilidad total de conseguir y mantener una erección, se deben a causas orgánicas. Es decir, causas médicas. Pero hay muchos casos, sobre todo en personas con menos de 45 años, que desarrollan disfunción eréctil a raíz de una ocasión puntual en la que tuvieron algún problema con la erección, y a partir de ahí les vuelve a ocurrir con frecuencia o siempre que tienen un encuentro sexual.

 

Esto pasa porque vivimos en una sociedad que da mucha importancia a la erección, y la relaciona con la masculinidad y estas cosas, y se ha creado el mito de que el placer sexual de la pareja depende del pene y de su erección. Y entonces tener un gatillazo o perder la erección en un encuentro sexual puede resultar muy traumático, y a partir de ese momento la persona tendrá miedo de que le vuelva a ocurrir, y cuando tenga otro encuentro sexual centrará toda su atención en su pene y en su erección para que el gatillazo no se repita.

 

El problema es que lo peor que puedes hacer para tener una erección es pensar en que tienes que tener una erección. Si te está pasando esto, haz memoria y recuerda las veces en las que has conseguido y mantenido una erección sin dificultad. ¿En qué estabas pensando en ese momento? ¿Dónde estaba tu atención? Probablemente en tus sensaciones físicas, en el contacto con tu pareja sexual, en la imagen de su cuerpo, en cómo expresaba su placer, etc. Pero definitivamente no estabas pensando en tu pene. Estar pensando en que tienes que tener una erección y que no puedes volver a “fallar” no es algo que te excite, y si en un encuentro sexual tu cabeza está centrada en eso, va a pasar por alto todas las cosas que sí te excitan, y va a ser IMPOSIBLE que consigas la erección.

 

Cuando pasa esto es importante cortar este bucle lo antes posible. Si no puedes, es recomendable buscar la ayuda de algún sexólogo o sexóloga. Es algo que normalmente se soluciona rápido y fácil.

 

4. Lleva una dieta saludable.

 

Como ya hemos mencionado antes, la mayor parte de los casos de disfunción eréctil se deben a causas orgánicas. Y las principales causantes son la diabetes y la hipertensión arterial, ya sea por la enfermedad en sí o por la medicación para tratarla. Y estos son problemas médicos que se pueden prevenir llevando un estilo de vida saludable, sobre todo en cuanto a alimentación. Y obviamente no solo por la erección.

 

5. Entrena tu suelo pélvico.

 

Entrenar el suelo pélvico tiene muchos beneficios para la sexualidad. Ayuda a conseguir erecciones más fácilmente y más fuertes. Aumenta el control de la eyaculación y hace que los orgasmos sean más intensos. Además, si consigues un control total de los músculos de tu suelo pélvico, podrás llegar a experimentar la multiorgasmia, que necesita tener orgasmos sin eyaculación.

 

Es especialmente importante entrenar el suelo pélvico si realizas actividad física de alto impacto o que genere mucha presión sobre estos músculos. Como correr, saltar, hacer abdominales hiperpresivos, que son los abdominales tradicionales de toda la vida; o levantar mucho peso. Estas actividades debilitan los músculos pélvicos, así que se recomienda entrenarlos para prevenir problemas.

 

6. No te masturbes siempre de la misma forma.

 

Masturbarse es muy sano y es lógico que si encontramos una forma que funciona bien y es eficaz, la repitamos. No hay ningún problema con tener un tipo de estimulación preferida. Pero sí que es cierto que si siempre se hace siguiendo el mismo proceso de principio a fin, pueden pasar cosas luego cuando estamos con otra persona. Por ejemplo, si siempre te masturbas viendo “material audiovisual para adultos”. O si siempre aplicas la misma velocidad, presión y ritmo. O si siempre lo haces en la misma postura.

 

A veces ocurre, por ejemplo, que algunas personas en la adolescencia aprendieron a masturbarse para eyacular lo antes posible, para que no los pillaran sus padres, y luego desarrollan eyaculación precoz. O también puede ocurrir lo contrario, que si se genera un hábito muy fuerte y solo se eyacula con un tipo de estimulación, cuando tengas un encuentro sexual te resulte muy difícil llegar a eyacular porque la estimulación es diferente. Si este es tu caso, se recomienda habituar el cuerpo a eyacular con diferentes estimulaciones, y puede ser de mucha ayuda utilizar juguetes sexuales. Los juguetes aumentan mucho el control sobre la eyaculación.

 

7. Eyacular muy a menudo no es perjudicial.

 

Hay ciertas creencias en torno a que eyacular mucho es malo. Por ejemplo, hay personas que creen que estar varios días sin eyacular mejora la calidad del semen. Pero lo cierto es que cada día se producen millones de espermatozoides que van madurando y sustituyendo a los que se expulsan o a los que se reabsorben por el cuerpo, y en una persona sana siempre hay esperma disponible, aunque se haya eyaculado un rato antes.

 

También se suele pensar que eyacular te hace tener menos potencia sexual o que dificulta tener una erección. Esto puede tener parte de verdad si tenemos en cuenta que existe el periodo refractario, que es el tiempo después de eyacular que se necesita para poder volver a eyacular de nuevo. Es ese tiempo que hace falta para “recuperarse” y poder volver a tener actividad sexual.

 

El periodo refractario cambia mucho de una persona a otra pero sobre todo se hace más largo con la edad: en personas adolescentes puede ser de pocos minutos o apenas haber periodo refractario, de forma que pueden volver a tener relaciones justo después de eyacular, mientras que en personas adultas puede ser de algunos minutos o pocas horas, y llegar a extenderse hasta un día en el caso de personas ancianas. Incluso teniendo esto en cuenta, la verdad es que eyacular no es malo.

 

De hecho, hay estudios que indican que más bien podría ser beneficioso. Un estudio de Harvard bastante reciente concluyó que eyacular 21 veces al mes podría prevenir el cáncer de próstata. Y otros estudios indican que quizás eyacular con frecuencia sirva para mejorar la calidad del esperma. No son estudios concluyentes que nos permitan afirmar estas cosas con total seguridad, pero por ahora parece que eyacular a menudo podría tener beneficios. Eso sí, para tener una buena salud de la próstata lo más importante es llevar una vida saludable y, sobre todo, hacerse revisiones médicas periódicas, algo imprescindible a partir de los 50 años, que es cuando hay mayor riesgo de desarrollar cáncer.

 

8. Adquiere unos buenos hábitos de higiene.

 

Es importante tener una buena higiene del pene para evitar infecciones y molestias que se pueden producir cuando se acumula mucho esmegma en el glande. Y también porque un olor fuerte en los genitales afecta a tus parejas sexuales y a tu vida sexual en general.

 

9. ¡Experimenta! Tu pene no es tu único punto de placer.

 

Es verdad que en los genitales está la mayor concentración de terminaciones nerviosas, y que estimular esta zona proporciona mucho placer. Pero si decides explorar también el resto de tu cuerpo y descubrir otras zonas erógenas y sensibles, y dedicarles más tiempo, seguramente llegarás a un nivel de placer y de excitación más elevado. Y, por supuesto, también está la próstata, que si se estimula bien no solo genera un placer muy intenso, sino que puede llevar a la eyaculación.

 

10. Usa lubricante.

 

El uso de lubricante es recomendable para cualquier práctica sexual, ya sea en encuentros sexuales o durante la masturbación. Si además te ocurre que después de sesiones intensivas de sexo sientes que se te irrita el glande y te molesta el roce, más razón aún para usar lubricante. De esta forma evitarás que la fricción sea excesiva y acabe provocando estas molestias.